LECCION 8 – ESPÍRITU SANTO
Texto Clave. Juan14.26
1. PROFUNDIZANDD EL CONOCIMIENTO DEL ESPÍRITU SANTO
Todos debemos llegar al conocimiento pleno de quién es el Espíritu Santo y comprender su obra. Los siguientes elementos ayudan a identificarlo mejor:
a. Es una persona
El Espíritu Santo es una persona tan real como el Señor Jesucristo: Es una de las persona de la Trinidad, en la que Jesús tenía plena confianza de que podía representarlo fielmente. Por ello, lo dejó como promesa a sus discípulos. Sin embargo, es una persona él la que el mundo no ve, ni le puede recibir porque el Espíritu de Dios es dado sólo a aquellos que reconocen a Jesús como su Señor y Salvador.
Las siguientes razones ayudan a confirmar que el Espíritu es una persona:
Habla (Hechos 13.2 – Juan 16.13)
Orienta y advierte (Hecho 16.6-7)
Brinda ayuda e intercede (Romano 8.26)
Guía (Romano 8.14 – Juan 16.13)
Testifica (Juan 15.26)
Se contrista o entristece (Efesio 4.30)
b. Es Dios mismo
La obra del Espíritu Santo puede verse desde el momento de
la creación hasta nuestros días; y sus atributos nos permiten identificarlo como Dios mismo. Las siguientes citas bíblicas nos orientan al respecto: Lucas 1 :35; Salmos 139:7; Hebreos 9:14; 1 Corintios 2: 1 O, 11.
c. Glorifica a Jesús
Todo lo que el Espíritu hace contribuye a glorificar a Jesús. Cuando una persona deja de glorificar a Jesucristo con sus actos, sus palabras, etc., el Espíritu Santo se hace a un lado. Si tenemos una amistad estrecha con Él, lograremos el acceso directo a los tesoros divinos y la tercera persona de la Trinidad se encargará de ayudarnos a disfrutarlos. En otras palabras, la fe en Jesucristo nos da derecho legal a sus riquezas, pero la comunión con el Espíritu es la que nos permite disfrutarlas. Cuando glorificamos a Jesús con nuestros actos, el Espíritu se goza y acrecienta su poder en nosotros (Juan 16: 14-15; Juan 7:38, 39)
d. Nos hace nacer de nuevo
Es sólo por medio del Espíritu Santo que llegamos a ser considerados hijos de Dios, ya que es su obra en-nuestras vidas la que nos permite nacer de lluevo. Recordemos la inquietud de Nicodemo con respecto al nuevo nacimiento, y la respuesta del Señor en Juan 3: 5 y 6. Para poder nacer del Espíritu de Dios se hace necesario morir primeramente. Es decir, si una persona no muere al pecado, el Espíritu 110 se vivifica en ella.
e. Es nuestro guía
Cuando Jesús estuvo en la tierra dijo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida... ", Él fue y sigue siendo el único camino al Padre. Pero, al irse, Jesús prometió enviar al Espíritu Santo para guiarnos, a fin de que no nos apartemos de la senda correcta (Juan 16: 13). Él es el que puede interpretar correctamente el mapa de la Palabra de Dios y, como dijo Jesús, nos llevará a toda verdad.
Quien no cultive una comunión íntima con el Espíritu Santo, corre el peligro de desviarse doctrinal mente.
f. Nos revela los secretos divinos
El Padre y el Hijo comparten las riquezas infinitas de su gracia, pero a nosotros nos son dad 3S a conocer claramente por el Espíritu Santo. Como administrador autorizado de esas bendiciones, de esas riqueza~3, y de todos los secretos divinos, el Espíritu las imparte a aquellos que, por la fe, nos hemos rendido a Jesús y al mismo Espíritu (Deuteronomio 29:29; 1 Corintios 2:9, 10J
2. PASOS PARA RECIBIR LA LLENURA DEL ESPÍRITU SANTO
a. Limpieza de corazón
El Señor dijo: "Nadie echa vino nuevo en odres viejos" (Lucas 5:37). El vino representa la fresca y enérgica presencia del Espíritu Santo, que quiere vertirse en vidas completamente regeneradas. Los odres viejos representan a aquellas personas que experimentaron la presencia del Espíritu en sus vidas por algún tiempo pero que, por diversas circunstancias perdieron la comunión con Dios. El odre nuevo es la vida completamente transformada por Dios (2 Corintios 5: 17).
b. Creer
En la vida cristiana damos todos nuestros pasos en fe y por fe. Cuando se pide el bautismo en el Espíritu Santo, ya en fe debemos aceptar que lo tenemos, y empezar a hablarle al Señor en nuevas lenguas. Si una persona está llena de Dios lo expresará con sus palabras. Si por el contrario, está llena de odio y amargura, también usará las palabras para demostrarlo porque son los labios los que desahogan lo que hay en el corazón (Mateo 12:34).
c. No prestar nuestro cuerpo al pecado
Debemos recordar permanentemente que el Espíritu Santo es la presencia de Dios en nuestras vidas. Eso mismo nos indica el apóstol Pablo en 1 Corintios 3: 16 "¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu Santo mora en vosotros?" Este texto nos enseña que nuestro cuerpo ha sido escogido por Dios como la habitación de su Espíritu. y éste no puede estar en una casa contaminada por el pecado. Ver también Romanos 6: 13 y Santiago 3:8-12.
d. Recibir al Espíritu Santo voluntariamente
El Espíritu Santo es un caballero que sólo entrará a la vida de una persona cuando ésta lo decide voluntariamente y lo invite a seguir. Él entra a controlar todas las áreas del ser humano, brindándole poder y libertad absoluta (2 Corintios 3: 17).
CONCLUSIÓN
El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad (Padre, Hijo, Espíritu Santo), y es la promesa de Jesús a sus discípulos convertida en realidad, siendo el Consolador que había indicado que enviaría tan pronto Él se fuera. El Espíritu de Dios llega para morar en la vida del creyente como su amigo y su guía, y lo reviste de poder para controlar todas las áreas de su ser.
APLICACIÓN
Asegúrese de contar con la guía del Espíritu Santo en su vida. Examine cada uno de sus pasos y observe, de acuerdo a su conducta y a los logros que obtiene en cada actividad que realiza, si realmente ha experimentado la compañía del Espíritu Santo tal como ha aprendido en la lección.
TAREA
Mire cada una de las áreas que integran su vida y destaque aquellas que están controladas por el Espíritu Santo. Si encuentra algún área en debilidad, tome el tiempo para pedir al Espíritu que la sature, a fin de que su comunión con Él sea integral.